Entre ellos está Isnilon Hapilon, el FBI ofrece 5 millones de dólares por su cabeza
Fue un audaz complot esbozado en un detalle escalofriante con bolígrafos azules en el reverso de un calendario de papel: los militantes islámicos en Filipinas, incluyendo uno de los líderes militantes más buscados del mundo, tomarían el control de una ciudad clave del sur en su atrevido ataque.
Con inquietante calma hablan de tomar rehenes de una escuela, cerrar caminos y tomar una autopista "para que la gente se asuste".
El vídeo y una imagen separada de la reunión secreta, obtenida exclusivamente por The Associated Press, ofrecen una rara visión de las operaciones clandestinas de los insurgentes que siguieron hace dos semanas con un asalto sin precedentes a la ciudad lacustre de Marawi, partes de la cual todavía ocupan hoy.
Las imágenes también proporcionan la primera prueba visual de que una alianza naciente de luchadores musulmanes locales no sólo están alineados con el grupo del Estado islámico, sino que coordinan y ejecutan complejos ataques juntos. Entre los que estaban en la mesa aparece el supuesto líder de la sucursal del Sureste Asiático del Estado Islámico, Isnilon Hapilon, que está en la lista de Washington de terroristas más buscados y tiene una recompensa de 5 millones de dólares por su cabeza.