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Incluso un colibrí volando no está a salvo de este hambriento correcaminos

Impresioanante salto del pájaro de dibujos animados para atrapar al pequeño volador

Si fueses un colibrí, un correcaminos puede parecer algo qué no te preocupe. Después de todo, tu famosa maniobrabilidad aérea no es rival para un modo de velocidad sin vuelo mayormente en el suelo. ¿Correcto?

Incorrecto. Resulta que el correcaminos no siempre se queda en el camino.

Este rápido pedacito de acción entre depredador-presa se desarrolló en California en el jardín de Roy Dunn, un experimentado observador de pájaros y un fotógrafo de la naturaleza.

Dunn tiene un cariño especial por fotografiar a los colibríes, y sus cámaras de alta velocidad son perfectas para fotografiar a los rápidos voladores. Pero ocasionalmente aparece otro hambriento pájaro cerca de sus comederos: el correcaminos grande (Geococcyx californianus).

Después de ver cucos terrestres saltando a por los colibríes (e incluso cogerlos de vez en cuando), Dunn decidió establecer una cámara para ver si podía grabar una captura. Después de unas horas de espera, consiguió su deseo.

"Se le escaparon unos cuantos antes de atrapar uno", dijo Dunn. Según Audubon, que recientemente presentó el clip corto en su sitio web, tal comportamiento de caza de colibrís se ha observado antes, pero capturas de éxito como esta rara vez se filman.

Los correcaminos pasan gran parte de su tiempo atravesando los duros y secos ambientes del sur de Norteamérica como pequeños velociraptores sin dientes, devorando toda clase de escalofriantes presas, desde arañas y escorpiones hasta ciempiés y serpientes. Pero no son estrictamente carnívoros: también comerán felizmente frutas de cactus (no se puede ser demasiado exigente en el desierto!).

Sin garras o un pico desgarrador para despachar su comida que lucha, los pájaros optan por golpear su comida contra el suelo hasta que deja de resistirse. Si capturan algo grande, como una serpiente de cascabel, los correcaminos se toman su tiempo: tragarán a la presa poco a poco, con partes sobresaliendo del pico y el resto digeriendo lentamente en su estómago.

Fieles a su nombre, los correcaminos se adhieren principalmente al suelo, donde pueden correr hasta 27 kmph (17 mph). Pero a pesar de que no hacen mucho vuelo, todavía tienen las herramientas dignas de vuelo de sus antepasados aéreos: poderosas patas traseras para bajar al suelo, una larga cola para el equilibrio aéreo, y fuertes alas para ganar algo de altura y ralentizar su descenso. En el vídeo de Dunn, puedes ver al correcaminos hacer un breve pero hermoso uso de todos estos regalos aviares.

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