Bichos asesinos tienden una emboscada a las arañas en sus propias telas

Las vibraciones de los insectos asesinos son prácticamente indetectables

Las chinches asesinas (Stenolemus giraffa) son tan astutas como suenan. Pacientes cazadores acechan a sus presas con una emboscada a pulgones y orugas antes de matarlas con sus picos perforadores, que aspiran hasta las piezas bucales que utilizan para sorber las entrañas de su objetivo.

Pero cuando se dirigen a otro tipo de presa, una araña tejiendo su tela, se enfrentan a otro reto: sigilosamente se comen a los animales de ocho patas en sus propias redes. Eso es una hazaña impresionante debido a que muchas arañas usan sus redes como una extensión de sus sistemas sensoriales.

Ahora, los científicos han descubierto cómo se mantienen las chinches asesinas bajo el radar. Los desgarbados insectos sujetan lentamente hebras de la tela con sus foretarsi de las puntas de sus patas delanteras y, tirando con cuidado, alejan una de la otra hasta que se rompen, como se muestra en el vídeo de arriba.

A continuación, sueltan suavemente los extremos para reducir al mínimo las vibraciones reveladoras. Al hacer esto, pueden hacer su camino a través de la tela, sin ser detectados, en un camino directo a sus presas.

Para medir las vibraciones causadas por esta maniobra sin tocar la tela, los científicos utilizaron vibrometría láser, según un informe publicado en la Royal Society Open Science. Sus mediciones mostraron que las vibraciones de los insectos asesinos eran prácticamente indetectables - revelando por qué estos insectos han obtenido ese nombre.

"Para la araña, este bicho debe de ser como el hombre del saco", ha dicho para National Geographic Fernando Soley, el autor del estudio e investigador en la Universidad Nacional de Costa Rica. "Porque cuando ataca, no puedes detectarlo. Da miedo".

Artículo científico de referencia: Fine-scale analysis of an assassin bug's behaviour: predatory strategies to bypass the sensory systems of prey