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Cacatúa inventa sus propios movimientos de baile sin entrenamiento

Snowball, el loro que baila, ha pasado de sensación de Internet a maravilla científica

En el espacio de una década, Snowball, el loro que baila, ha pasado de sensación de Internet a maravilla científica. La cacatúa de moño amarillo o cacatúa galerita (Cacatua galerita eleonora) no solo es adorable de ver, sino que también hace que nos detengamos y reconsideremos la naturaleza del baile.

El "baile verdadero", como lo entienden los científicos, requiere un movimiento espontáneo a un ritmo musical. El comportamiento está presente en todas y cada una de las culturas humanas pero, sorprendentemente, pocos animales pueden unirse a nosotros en la pista de baile, y eso es cierto incluso para nuestros parientes más cercanos en el reino animal.

En 2013 un león marino llamado Ronan se convirtió en el primer mamífero no humano conocido por moverse con música, inclinando su cabeza al ritmo d los Backstreet Boys. Pero lo que puede hacer Snowball es aún más notable.

Si bien a Ronan se le tuvo que enseñar un movimiento de baile, Snowball parece haber inventado por su cuenta un repertorio completo. Los investigadores dicen que este pájaro puede balancearse, girar el cuerpo, golpearse la cabeza, balancearlo de lado a lado e incluso realizar algunos movimientos que involucran diferentes partes del cuerpo, como se puede ver en el vídeo de arriba.

Todo comenzó después de que Snowball hiciera su primer debut en YouTube. Cuando el pájaro fue introducido a más y más música, su propietaria, Irena Schultz, notó que su mascota estaba en un período de "exploración de movimientos".

"Durante la primera mitad, Snowball luchó por encontrar un baile que encajara", dijo Schulz a The Atlantic, quien también es coautora de un nuevo estudio sobre el ave, "pero a mitad de camino encontró movimientos que funcionarían. Cuanto más fue expuesto a una música diferente, más creativo se volvió".

Ya fascinados por esta ave, un equipo de neurocientíficos decidió estudiar su extraño comportamiento aún más de cerca. Mirando hacia atrás a través de las imágenes de Snowball recolectadas en 2008, cuando el ave tenía solo 12 años de edad, los investigadores identificaron 14 movimientos individuales y dos combinaciones.

La lista de reproducción de los ochenta incluía Another One Bites the Dust y Girls Just Want to Have Fun, cada una de las cuales se reprodujó para el ave tres veces por un total de 23 minutos. En ambas canciones, escriben los autores, no había un solo segmento en el que las tres repeticiones contenían el mismo movimiento de baile.

Reproduciendo por fragmentos de tres o cuatro segundos, Snowball fue incluso capaz de cambiar su estilo junto con la melodía.

"Lo que más nos interesa es la gran diversidad de sus movimientos en la música", dice el autor principal Aniruddh Patel, psicólogo de la Universidad de Tufts y la Universidad de Harvard. Y en ninguna parte la progresión de Snowball es más obvia que cuando ves sus vídeos anteriores (a continuación).


Los loros son obviamente reconocidos por su capacidad para copiara los humanos, pero hay una buena razón para pensar que los nuevos movimientos de baile de Snowball están más allá de la simple imitación. Durante el test, no había otro humano en la habitación, excepto Schulz, y ella no baila ni se mueve rítmicamente.

Schulz dice que cuando baila con Snowball en casa, generalmente solo agita las manos y mueve la cabeza.

"Durante este período de exploración, Snowball parecía favorecer la diversidad de movimientos sobre la precisión de sincronización", escriben los autores , "sus movimientos rítmicos a menudo parecían no altamente sincronizados con el ritmo, posiblemente porque estaba explorando principalmente nuevos movimientos en lugar de explotar movimientos antiguos".

El comportamiento ha llevado al equipo a suponer que la cacatúa está participando en un comportamiento social creativo, interactuando con su 'bandada' humana en un nivel que va más allá de los deseos y necesidades básicas.

"Esto también sería notable, ya que la creatividad en animales no humanos generalmente se ha documentado en comportamientos dirigidos a obtener un beneficio físico inmediato, como el acceso a alimentos o las oportunidades de apareamiento", concluyen los autores.

"Snowball no baila para comer o para aparearse; en cambio, su baile parece ser un comportamiento social que se usa para interactuar con cuidadores humanos (su bandada sustituta)".

Quién sabe qué próximo movimiento de baile hará.

La investigación fue publicada en Current Biology: Spontaneity and diversity of movement to music are not uniquely human

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