China ha estado desarrollando aviones furtivos en los últimos años, incluyendo los cazas furtivos J-20 y J-31. En septiembre, un avión no tripulado voló cerca de un grupo de islas en disputa en el Mar Oriental de China, elevando las tensiones con Japón. A raíz de ese incidente, Japón dijo que derribaría aviones no tripulados en el espacio aéreo japonés. El Ministerio de Defensa de China dijo que cualquier intento por parte de Japón de derribar aviones chinos constituiría "un acto de guerra".

"El éxito del vuelo muestra que la nación ha estrechado más la disparidad de poder aéreo entre ella misma y las naciones occidentales", dijo el diario estatal China Daily el viernes. El corresponsal de defensa de la BBC, Jonathan Marcus, dice que China se une a un pequeño club de élite de naciones que incluye los EE.UU., Israel, Francia y el Reino Unido, que están ampliando los límites de la tecnología de UAV (vehículo aéreo no tripulado). Lo que se desprende de los recientes espectáculos aéreos y la prensa técnica china es que Pekín ha desarrollado una variedad de vehículos aéreos no tripulados que coinciden prácticamente con todas las categorías desplegada por los EE.UU.. Van desde pequeños aviones no tripulados tácticos de resistencia limitada a sistemas mucho más grandes que se parecen sorprendentemente a los modelos Reaper o Predator de los EE.UU., y al igual que sus contrapartes en Estados Unidos algunos de estos aviones no tripulados chinos están equipados con anclajes en sus alas para llevar municiones.