El estudio del sacrificio masivo de niños más grande de las Américas revela un escalofriante nuevo detalle
Los científicos han descubierto una espeluznante y escalofriante evidencia del mayor sacrificio masivo conocido de niños en la historia del Nuevo Mundo.
En un nuevo estudio un equipo internacional informa sobre el descubrimiento de un impactante matadero ritual en el antiguo Perú: un sacrificio masivo que tuvo lugar en el siglo XV y que se cobró la vida de más de 140 niños y niñas en un solo evento indescriptible.
Los hallazgos, resultado de una épica excavación de seis años en el sitio de Huanchaquito-Las Llamas, en lo que se conoce como el estado de Chimú, han aparecido en parte en anteriores historias de medios.
Pero la espeluznante historia de lo que les sucedió a estos niños inocentes, y a los más de 200 pobres animales sacrificados junto a ellos, nunca antes se ha contado oficialmente.
"Este descubrimiento arqueológico fue una sorpresa para todos nosotros", dice el antropólogo John Verano de la Universidad de Tulane.
"No habíamos visto antes nada como esto, y no hubo ninguna sugerencia de fuentes etnohistóricas ni relatos históricos de sacrificios de niños o camélidos que se hayan hecho a tal escala en la costa norte del Perú".
En 2011 comenzaron a surgir en el sitio de Huanchaquito-Las Llamas las primeras pistas de esta antigua masacre, luego de que residentes cercanos descubrieran huesos de humanos y camélidos que sobresalían de las dunas de la carretera.
Las excavaciones iniciales sacaron a la superficie los restos de 43 niños y 74 camélidos (se cree que son llamas, o posiblemente alpacas), pero la verdadera extensión del recuento de cuerpos aún está oculta a la vista.
"Las excavaciones en 2014 y 2016 triplicaron efectivamente el número de víctimas sacrificiales, lo que dio como resultado un recuento final de 140 individuos (137 niños y 3 adultos) y 200 camélidos", explican los investigadores en su artículo, pero hay que tener en cuenta que los restos incompletos dispersos por el sitio sugieren que el sacrificio finalmente tuvo un costo mucho mayor.
La datación por radiocarbono de los restos sugiere que este sacrificio masivo tuvo lugar alrededor de 1450 dC en un área de aproximadamente 700 metros cuadrados, y el análisis de las partes del cuerpo indica que los niños asesinados en el ritual tenían entre cinco y 14 años de edad en el momento de su muerte.
Precisamente por qué fueron asesinados, probablemente nunca lo sabremos, aunque el equipo explica que los cuerpos de los niños a veces se veían como "entidades híbridas" en las culturas antiguas, "y, por lo tanto, pueden haber sido vistos como particularmente apropiados como mensajeros o regalos a los dioses".
Otra pista puede estar en la composición del suelo en el que fueron enterrados, marcada por la rabia elemental de los dioses chimú.
"La presencia de una gruesa capa de lodo sobre la arena en la que fueron enterrados los niños y los camélidos, así como la presencia de huellas humanas y animales hechas mientras el lodo todavía estaba húmedo, "sugieren que el evento de sacrificio ocurrió poco después de fuertes lluvias e inundaciones en una región árida que en condiciones normales recibe lluvias insignificantes", sugieren los investigadores.
"Si bien la correlación entre las fuertes lluvias y el sacrificio puede ser una coincidencia, es tentador suponer que los dos eventos están asociados, y que la ofrenda masiva de niños y camélidos pudo haber sido un intento de apaciguar a los dioses y mitigar los efectos de un importante fenómeno El Niño-ENOS que ocurrió alrededor de 1400–1450 [dC]".
Las marcas de cortes detectadas en los huesos de los niños y la forma en que se extendían sus costillas sugieren que a ellos (y a los animales) les pueden haber cortado la cavidad torácica, hipotéticamente con el propósito de eliminar el corazón, potencialmente un símbolo de la oferta que los adultos temerosos de Dios hacían a sus creadores.
Una vez asesinados, los niños fueron enterrados, mirando al mar, mientras que las llamas sacrificadas fueron enterradas mirando hacia las montañas hacia el este. La evidencia sugiere que algunos de los niños tenían sus caras pintadas antes del evento y llevaban distintivos tocados de algodón.
"La variación en las formas de deformación craneal y la amplia gama de proporciones isotópicas de carbono y nitrógeno observadas en los niños sugieren que son una muestra heterogénea, quizás compuesta por individuos seleccionados de varios grupos geográficos o étnicos, en lugar de una sola población local", explican los autores.
Si bien los hallazgos son horrendos, en la medida en que nos enseñan más sobre esta antigua cultura y por lo terrible que fue, son una importante adición a los campos de la arqueología y antropología del Nuevo Mundo.
"Tuvimos la suerte de poder excavar completamente el sitio y tener un equipo multidisciplinario de campo y laboratorio para hacer la excavación y el análisis preliminar del material", dice Verano.
"Este sitio abre un nuevo capítulo sobre la práctica del sacrificio de niños en el mundo antiguo".
Los hallazgos se reportan en PLOS One: A mass sacrifice of children and camelids at the Huanchaquito-Las Llamas site, Moche Valley, Peru