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El animal con más patas del mundo

El milpiés Illacme plenipes puede tener hasta 750 patas, más que cualquier otro animal

Hay un problema con los nombres de las cosas: están a menudo muy mal nombradas. Los cacahuetes no son frutos secos, las catgut las hacen generalmente las ovejas, estrellas fugaces son en realidad rocas, y cualquier país que se llame a sí mismo una república democrática es casi seguro que es una dictadura totalitaria.

Se puede aplicar lo mismo para los notoriamente pequeños corredores (scuttlers), los milpiés y ciempiés. Algunos ciempiés tienen más de 100 patas - el Gonibregmatus plurimipes tiene 382 - así que realmente deberíamos llamarlos multicentipedos. Y nadie sabe si el milpiés tiene 1.000 patas: es raro para ellos tener más de unos pocos cientos.

Sin embargo, una especie se le acerca. El Illacme plenipes puede tener hasta 750 patas, más que cualquier otro animal. Sabemos muy poco acerca de él, pero a medida que nos enteramos de más, parece que la sobreabundancia de los miembros inferiores es la menor de sus peculiaridades.

Tiene cientos de patas

El I. plenipes se pensó que se había extinguido, ya que no se había visto desde 1928. Pero luego fue redescubierto en 2005 por el estudiante graduado Paul Marek, ahora en la Universidad de Arizona en Tucson. Marek lo encontró mientras acechaba bajo tierra en un único barranco en San Benito County, California (Nature, doi.org/cxh24p).

milpiés Illacme plenipes

Su nombre significa "el colmo de la abundancia de patas" (más o menos), y este nombre si que es correcto. Los machos tienen unas "meras" 300 a 400 patas, pero las hembras tienen hasta 750 a pesar de medir sólo 3,2 centímetros de largo. Se le acerca en número de patas su más cercano competidor, un milpiés puertorriqueño llamado Siphonophora millepeda, que tiene 742.

milpiés Illacme plenipes

Los animales no evolucionan hasta una multitud de patas solo para divertirse: hay probablemente alguna ventaja. Marek dice que las patas del I. plenipes pueden ayudarle a introducirse en su madriguera subterránea, donde pasa la mayor parte de su vida.

O podrían ser una especie de accidente, dando como consecuencia otra ventaja al I. plenipes en la evolución anatómica: su tracto digestivo tiene forma de espiral y por lo tanto tiene una gran superficie, lo que le permite absorber más agua y nutrientes de los alimentos antes de excretarlos. Marek dice que el I. plenipes puede haber evolucionado un intestino muy largo para hacer frente a una dieta escasa - con las patas como un resultado incidental.

Sedoso y con púas

Marek y sus colegas han echado un vistazo más cercano al I. plenipes para saber cómo vive. Parece tener una existencia más bien peligrosa y ha evolucionado en consecuencia. Aunque la mayoría de los animales de madriguera se han simplificado para poder moverse sin problemas a través del suelo, el I. plenipes ha hecho todo lo contrario. "Tiene una gran diversidad de espinas, proyecciones, setas [cerdas] y otros objetos puntiagudos afilados que parece que se le han enganchado", dice Marek.

antenas del milpiés Illacme plenipes

boca del milpiés Illacme plenipes

Eso sugiere que tiene muchos depredadores de los que defenderse. Cada segmento de su cuerpo tiene poros defensivos frontales hacia fuera y hacia los lados, que secretan un producto químico defensivo. Marek dice que el I. plenipes puede utilizar las espinas para disuadir a los depredadores, y luego rociarles con productos químicos si no le dejan en paz.

También tiene pelos en la espalda, que producen una sustancia pegajosa similar a la seda. Esta podría ser otra defensa que sirviese para frenar a los depredadores. O la seda podría ayudar a mantener limpio al milpiés eliminando la basura que de otro modo se quedaría entre sus espinas.

Hay una tercera posibilidad. El I. plenipes pasa mucho de su tiempo en los cantos rodados enterrado entre la arenisca, y la pegajosa seda puede ayudarle a  aferrarse a ellos. Si eso es cierto, la seda actuaría efectivamente como otro juego de patas.

plano de las patas del milpiés Illacme plenipes

En este momento no sabemos de qué se compone la seda, y tal vez no tengamos mucho tiempo para averiguarlo. El I. plenipes se limita a un área de sólo 4,5 kilómetros cuadrados. "La especie es muy rara", dice Marek. "Hay especies en los EE.UU. que están más seguras que el I. plenipes y se han categorizado como federalmente amenazadas y en peligro de extinción. La gente debería considerar la protección formal de esta especie".

Artículo científico: A redescription of the leggiest animal, the millipede Illacme plenipes, with notes on its natural history and biogeography (Diplopoda, Siphonophorida, Siphonorhinidae)

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