Tales respiradores son caros, difíciles de fabricar y escasean. En este nuevo trabajo, Bandi ha encontrado una forma de hacer un filtro tan eficaz como los que se utilizan en los respiradores N95, pero que se puede producir de forma rápida y económica.

La técnica consiste en calentar plásticos ordinarios como botellas o bolsas de la compra y luego colocarlos en una máquina de algodón de azúcar común (también conocida como máquina de hilo de azúcar). La máquina hace girar el plástico en un material similar al algodón de azúcar (una malla), que también es electrocargado por el hilado. Bandi corta luego el material resultante en pequeños cuadrados y luego refuerza su carga electrostática colocándolos cerca de la ventilación de un ionizador de aire común.

Imagen: Esquema de una máquina de algodón de azúcar modificada con un accesorio de bomba de vacío (no esencial).

Bandi probó sus filtros colocando varios dentro de mascarillas quirúrgicas. Encontró que los filtros funcionaban muy bien, pero las mascarillas no eran una opción viable. Luego diseñó su propia mascarilla para permitir una fácil inserción y extracción de los filtros (cada mascarilla requiere tres) y utilizó una impresora 3-D para producir el resultado.

Las pruebas rigurosas (que incluyeron inspecciones microscópicas y comparaciones con filtros N95) mostraron que los filtros son tan efectivos para prevenir la inhalación de virus SARS-CoV-2 como los respiradores estándar tipo N95.

Bandi no dice si tiene planes de establecer centros de fabricación de mascarillas; parece que simplemente está publicando la idea como una forma de permitir que otros lo hagan.

Artículo científico: Electrocharged facepiece respirator fabrics using common materials