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La jirafa salió con una cicatriz de la batalla, pero viva
Los solitarios felinos salvajes, como los leopardos y los caracales, pueden contentarse con atacar presas de tamaño moderado, pero los leones suelen ser más ambiciosos en sus actividades depredadoras.
Armados con el número suficiente para enfrentar presas grandes y la necesidad de alimentar a todo una manada, se sabe que estos grandes felinos se enfrentan a búfalos, kudus adultos e incluso a elefantes. Las jirafas también se encuentran entre las opciones de comida más importantes de los leones. Pero derribarlas no es una hazaña pequeña.
En un reciente recorrido por la reserva de Klaserie Private Nature Reserve de Sudáfrica, Francois Pienaar y un grupo de invitados fueron testigos de una manada de leones que intentaron derribar a un viejo macho de jirafa. Cuando Pienaar se encontró con los felinos, estaban haciendo lo que mejor hacen los leones: dormir.
"Solo pasamos un par de minutos con ellos antes de que comenzaran a retirarse después de su siesta matutina", explicó a Latest Sightings. El grupo siguió a los leones por un corto tiempo, hasta que notaron que los depredadores se estaban acercando a una solitaria jirafa.
"Nos sentamos en silencio en el vehículo mientras observábamos a los leones acechando a este viejo macho", explica Pienaar. Los felinos se arrastraron a una distancia sorprendente antes de lanzar un ataque.
El más atrevido de los grandes felinos se apresuró hasta la espalda de la jirafa, a unos 3,5 metros del suelo, y se sostuvo mientras el resto de la manada mordía las patas de la jirafa. El animal se estaba curando de algún tipo de lesión en su pata izquierda trasera, tal vez por eso los leones la atacaron en primer lugar.
Los leones pasaron cinco horas tratando de derribar a la jirafa, pero el viejo macho no estaba dispuesto a rendirse sin luchar. Finalmente, los felinos lo dejaron para un mejor día y se fueron, dejando a la jirafa con una cicatriz de la batalla, pero viva.
