Uno de los misiles más letales del mundo podría convertirse en un salvavidas planetario
Durante la Guerra Fría los misiles balísticos intercontinentales o ICBM (Inter-Continental Ballistic Missile, por sus siglas en inglés) fueron algunas de las armas más temidas de la era nuclear. Desplegados por primera vez por la Unión Soviética en 1958, los misiles balísticos intercontinentales fueron diseñados como elementos de disuasión y armas de última instancia, con la capacidad de lanzar cabezas nucleares por medio mundo. Ahora, Rusia quiere apuntar estos misiles contra un nuevo objetivo: asteroides gigantes que podrían estar en un curso de colisión con la Tierra.
Los científicos han propuesto todo tipo de soluciones para proteger a la Tierra de asteroides errantes, desde empujarlos fuera de curso con los vientos solares hasta vaporizarlos con armas nucleares. Este plan de utilizar misiles balísticos intercontinentales reutilizados caería en la última categoría, le dijo a la agencia de noticias estatal rusa, TASS, Sabit Saitgarayev el investigador principal de la Oficina de Diseño de Cohetes Kakeyev.
Los astrónomos pueden detectar asteroides de gran tamaño desde la distancia, pero es mucho más difícil seleccionar a los asteroides más pequeños de 150 pies de diámetro con más que unas pocas horas antes del impacto. El meteoro de Chelyabinsk, que explotó sobre el centro de Rusia en febrero de 2013, era de unos 50 pies de diámetro, pero aún dañó miles de edificios e hirió a cerca de 1.500 personas. De acuerdo con Saitgarayev, la capacidad del misil balístico intercontinental, que se pone en marcha con poco tiempo de espera, hace de este tipo de misil un fuerte candidato para un sistema de defensa contra asteroides, informa Eric Limer en Popular Mechanics.
"La mayoría de los cohetes funcionan con combustible en ebullición. Su abastecimiento de combustible se inicia 10 días antes de la puesta en marcha y, por lo tanto, no son aptos para destruir los meteoritos de diámetro similares al meteorito de Chelyabinsk, que se detectan varias horas antes de llegar cerca de la Tierra", dice Saitgarayev a TASS. "Para este fin, pueden ser utilizados los misiles balísticos intercontinentales, pero se requiere su actualización".
En lugar de depender de combustibles líquidos los ICBM usan combustibles sólidos, lo que significa que los pueden almacenar en su interior hasta el momento en que se ponen en marcha. En teoría, parece como una buena idea: los ICBM reutilizados podrían ser lanzados poco después de que se detecte un pequeño asteroide y lo ideal sería destruirlo con una explosión nuclear antes de que la roca espacial entre en la atmósfera y provoque algún daño.
Sin embargo, hay algunos peligros bastante grandes para esta táctica, especialmente si el asteroide no se vaporiza completamente. Si la explosión inicial no convierte al asteroide en polvo, podría convertir una gran roca en bloques de pequeñas rocas, un nuevo problema que sería mucho más difícil de resolver con un misil, escribe Tyler Rogoway para Jalopnik.
Ese no es el único problema que enfrenta el proyecto de reequipamiento. Mientras Saitgarayev dice que el proceso de diseño ya está en marcha, también dice que la actualización de los misiles balísticos intercontinentales para la defensa contra asteroides podría costar millones de dólares, y no está claro si esos fondos están aún disponibles, informa TASS. Aún así, Saitgarayev dice que si el plan sigue adelante espera tener los misiles listos para su utilización en 2036, cuando está programado que el gran asteroide Apophis pase peligrosamente cerca de la Tierra.