"¡Una serpiente! Deslizándose por la carretera, completamente ajena a los vehículos que la rodeaban y sin inmutarse por ellos. Se movía con una sensación de entusiasmo. De repente levantó la cabeza, era una boomslang juvenil (también conocida como culebra arborícola de El Cabo, Dispholidus typus). Fue entonces cuando nos dimos cuenta de lo que estaba ocurriendo ante nuestros ojos. En el extremo opuesto del camino había un camaleón que ahora estaba enfrascado en un concurso de miradas con la serpiente".

Las boomslang son serpientes muy venenosas que cazan activamente a sus presas. Inyectan su veneno hemotóxico en la presa y esperan a que haga efecto antes de consumir a la presa.

"El camaleón inmediatamente se puso en modo de defensa y se encabritó. Anticipando un golpe de la serpiente. El camaleón se mantuvo valientemente firme frente a la muerte. Sin duda, la boomslang juvenil logró infligir una buena cantidad de golpes mortales. Inyectando al camaleón con veneno".

"La serpiente luego se movió hacia un poco de hierba y, desde la distancia, observó a su presa. Claramente, el veneno estaba surtiendo efecto cuando el camaleón comenzó a balancearse de un lado a otro. La boomslang luego regresó para una inspección final, una vez satisfecha de que su presa seguramente sucumbiría en breve al veneno. La serpiente volvió a la cubierta de hierba al borde del camino y observó".

"El camaleón finalmente cruzó el camino, y una vez que entró en los espesos arbustos al costado del camino, se perdió de nuestra vista. Quién sabe si la boomslang alguna vez pudo reclamar su premio ganado con tanto esfuerzo o no. Seguramente para nosotros, este fue un momento para nunca olvidar".