El secreto de la baba de los gusanos de terciopelo

Arrojan chorros de baba en una corriente ondulada, atrapando la presa en una pegajosa red

Gusanos de terciopelo (Peripatus solorzanoi) ondulan a través de la hojarasca en muchas patas cortas hasta que encuentran una pequeña presa de insecto u otros. Entonces las criaturas, que no son gusanos en absoluto, atacan. Arrojan chorros de baba en una corriente ondulada, atrapando la presa en una pegajosa red.

Ellos harán lo mismo con cualquier cosa que les amenace, como un depredador más grande o un dedo hurgando en ellos.

Los científicos han estudiado a las criaturas desde Darwin, en el filo Onychophora, porque tienen un antiguo linaje evolutivo, y pueden estar más cerca de los insectos que de los gusanos. Pero hasta que Andrés Concha y sus colegas investigaron el húmedo mecanismo, nadie había precisado cómo lo hacen las criaturas.

El Dr. Concha, ahora un profesor asistente en la Universidad Adolfo Ibáñez, en Santiago de Chile, estaba haciendo un trabajo postdoctoral en la Universidad de Harvard en el laboratorio de L. Mahadevan cuando él y Paula Mellado, también en el laboratorio y ahora también en la Universidad Alfredo Ibáñez, comenzaron a trabajar en el gusano de terciopelo. Comenzaron con video de alta velocidad para el programa BBC "La vida en la maleza" en el que el Dr. Mahadevan se había dado cuenta, y luego recogido muestras en Costa Rica, estudiándolas en el laboratorio y haciendo su propio vídeo.

Los investigadores, entre ellos Julián Monge-Nájera, de la Universidad de Costa Rica, descubrieron que el gusano de terciopelo no tenía ningún sofisticado mecanismo de control.

En cambio, era la velocidad de la baba siendo expulsada de un gran depósito interno que la hacía de boquilla biológica, o papila, lanzando la baba como una manguera de jardín.

El Dr. Concha y sus colegas, que publicaron sus resultados el 17 de marzo en Nature Communications, calcularon la física del ataque de baba, y también hicieron una papila sintética, una especie de pequeña manguera de jardín, para probar sus hallazgos.

"En el lado biológico, estamos buscando nuevas especies" que utilizan la misma técnica, dijo el Dr. Concha.

Pero podría haber aplicaciones en la fabricación de nanofibras, o la creación de microgotas para la administración de fármacos. Por eso, él y sus colegas necesitan trabajar aún más en la miniaturización del sistema sintético que construyeron. Con un quinto a un tercio de pulgada, es demasiado grande para ser útil.

Artículo científico: Oscillation of the velvet worm slime jet by passive hydrodynamic instability